Hay factores externos, como el fotoenvejecimiento, la mala alimentación, el tabaco, etc. que aceleran este proceso y lo acentúan; pero también tenemos desequilibrios intrínsecos que podrecen por descenso hormonal que contribuye a engrosamiento de la piel, deshidratación, menor elasticidad, flaccidez, acentuación de surcos y aparición de manchas.
Para rejuvenecer la piel, debemos lidiar contra los factores contraproducentes, se debe corregir la dieta, dar el aporte necesario de antioxidantes y vitaminas, protección solar todo el año y de ser necesario un tratamiento médico indicado para cada caso en particular.
El objetivo es reparar el daño celular y lograr un efecto reafirmante, hidratante, despigmentante, antioxidante y regenerador.
Los tratamientos con electroterapia sirven para un estiramiento facial no quirúrgico y de hecho utiliza una corriente eléctrica para ayudar a tratar la piel, como es el caso de la Alta frecuencia, o una corriente eléctrica que es administrado con el objetivo es elevar y tensar los músculos faciales, porque la cara necesita tonificarse también. Esto lograra recuperar la firmeza y elasticidad natural del rostro.
El aumento de la circulación sanguínea se incrementa y estimula la producción de colágeno y elastina, dando a la piel una textura suave y luminosa. También alienta el drenaje linfático para librar al cuerpo de radicales libres.
Los tratamientos con electroterapia no duelen. Un tratamiento galvanizo puede dar cosquillas, y el cliente puede experimentar un sabor metálico en la boca. Las mujeres embarazadas o personas con epilepsia, hipertensión arterial, infecciones, implantes de metal, problemas cardiacos, marcapasos, insuficiencia de la función nerviosa o peligro en la piel (como acné, heridas o cicatrices recientes) deben evitar los tratamientos con electroterapia.
Consta de 2 sesiones semanales, como mínimo durante 4 semanas seguidas. A partir de las cuales se irá distanciando su frecuencia.
Se recomienda 1 sesión al mes de mantenimiento.
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