Los beneficios de la lactancia materna también se extienden a la madre. Las mujeres que amamantan pierden el peso ganado durante el embarazo más rápidamente y es más difícil que padezcan anemia tras el parto, también tienen menos riesgo de hipertensión y depresión postparto. La osteoporosis y los cánceres de mama y de ovario son menos frecuentes en aquellas mujeres que amamantaron a sus hijos.
Sabemos de lo importante que es dar de lactar a un recién nacido, pero ¿por qué?...
Porque tu leche es la mejor y tu hijo tiene derecho a disfrutarla, es la alimentación preferida para todos los infantes, no es cierto que una vez que prueba la mamadera el bebé nunca más tomará el pecho, te doy un ejemplo, de probar un lomo completo se le brinda la posibilidad de un ensalada, tal vez sea más fácil comerla pero no implica que se mas rica, no?
Porque para eso están los pechos. Hoy en día nos encontramos frente a una sociedad que sexualiza mucho las mamas, a punto de que las madres no se sienten cómodas amamantando. Confía en tu cuerpo. Tenemos pechos por una razón muy importante: para alimentar a nuestros hijos.
Porque la leche materna es una sustancia viva. Cada mujer produce la leche adecuada para su propio bebé. Siempre es el alimento perfecto para tu hijo. Más aún, esta leche cambia constantemente durante una toma y también día a día para ajustarse a las necesidades cambiantes de cada bebé.
Porque el mejor alimento que una madre puede ofrecer a su hijo recién nacido. No solo considerando su composición sino también en el aspecto emocional ya que el vínculo afectivo que se establece entre una madre y su bebé amamantado constituye una experiencia especial, singular e intensa. Existen sólidas bases científicas que demuestran que la lactancia materna es beneficiosa para el niño, para la madre y para la sociedad, en todos los países del mundo.
Todas las madre deben de dar de lactar como mínimo seis meses para que tengan un niño sano y fuerte. El alimento ideal para el recién nacido es la leche de su madre. En la mayoría de los casos, el aporte de leche llega a ser suficiente si la succión es continuada, incluso en los casos donde al principio parece insuficiente. La lactancia también ejerce un efecto beneficioso sobre la invocación del útero, ya que la estimulación repetida de los pezones conduce mediante una liberación de oxitocina por la neurohipófisis, a una estimulación del miometrio.
La producción de leche depende básicamente de tres hormonas: prolactina, oxitocina y FIL. Las dos primeras se fabrican en la hipófisis, una pequeña glándula que desde la base del cerebro regula casi toda nuestra vida hormonal. Y el FIL se produce directamente en el pecho.
● La prolactina: se produce al estimular el pezón (al mamar el bebé) y hace que se fabrique más leche. Cuanta más prolactina más leche. Si el bebé tiene mucha hambre, mama mucho y se produce mucha prolactina y más leche. Si tiene poca hambre o no se le da de comer todo lo que pide, mama poco y entonces se produce menos leche.
● La oxitocina: es la que hace que salga la leche. Se produce incluso antes de tocar el pezón, al pensar en el bebé o al oír que llora. Hace que la leche salga disparada (por eso un pecho gotea mientras el bebé mama del otro... al menos las primeras semanas). Hay fibras musculares involuntarias que rodean las células secretoras y al contraerse "exprimen" la leche. Muchas mujeres notan al comienzo de la toma esa contracción, "el golpe de leche". Y por eso el otro pecho gotea. Al cabo de unas semanas la mayoría de las mujeres ya no notan esa crecida y el pecho ya no gotea. Aparentemente puede parecer que el pecho está blando, ya no se hincha, ya no se nota lleno, no gotea, pero sin embargo hay más leche que antes. Esto es así, es algo normal.
● El FIL, Factor Inhibidor de la Lactancia. Es una hormona que está siempre presente en la leche. El niño se la come. Cuando el niño mama mucho, al sacar la leche saca también el FIL, y entonces en las próximas horas la leche se fabricará a toda velocidad. Pero si el niño mama poco el FIL se queda dentro y el pecho fabrica poca leche. Entonces, si el bebé sólo toma un pecho (algo normal, tan normal como tomar los dos), para la siguiente toma estarán los dos pechos casi igual de llenos, porque el pecho lleno estaba inhibido mientras el pecho vacío ha fabricado leche. El FIL inhibe la producción. Si el bebé mama mucho, saca el FIL y se fabrica mucha leche. Si el bebé mama poco, el FIL se queda en el pecho y se fabrica poca leche. Así se regula exactamente, de una toma a la siguiente y en cada pecho por separado, la cantidad de leche que hay que fabricar.
No hay que espaciar las tomas "para que el pecho se llene". Todo lo contrario: si se espacian las tomas, cada vez se fabrica menos leche.
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