Tipos de prolapsos
Dependiendo
de qué órgano descienda el prolapso se divide en:
Cistocele: la vejiga urinaria asoma en la
cara anterior de la pared vaginal.
Rectocele: el recto (el tramo final del
intestino grueso al llegar al ano) desciende sobre la cara posterior vaginal.
Prolapso
uterino: en este
caso es el útero el que desciende asomando el cuello primero y después el
cuerpo uterino.
Enterocele: las asas intestinales se
hernian a través del fondo posterior de la vagina.
Prolapso
de cúpula vaginal: ocurre
en mujeres a las que se les ha extirpado el útero (histerectomía). La vagina,
que es un saco ciego, se da la vuelta como si lo pusieran del revés, lo de
dentro hacia afuera.
Las
mujeres que tienen prolapso normalmente sienten alguno de estos síntomas:
molestias a nivel pélvico, pesadez vaginal, tirantez en la zona perineal,
incontinencia urinaria, dificultad para orinar y/o defecar, y dolor durante las
relaciones sexuales (dispareunia) entre otros.
Los
prolapsos se clasifican según su severidad en cuatro grados:
Los grados 1 y 2, si ocasionan molestias, deben tratarse con
fisioterapia y un cambio de hábitos (dietéticos para corregir, por
ejemplo, el estreñimiento, adelgazar, limitar el sobreesfuerzo físico)
- Grado I: el órgano desciende solamente un poco de su posición normal, ligero descenso en el interior de la vagina.
- Grado
II: el descenso alcanza la entrada de
la vagina.
- Grado
III: el prolapso sobrepasa la entrada
de la vagina, la mujer se toca o nota perfectamente el bulto al caminar,
sobre todo cuando realiza esfuerzos.
- Grado IV: el órgano (vejiga, útero o recto) están completamente fuera, incluso en reposo.
Las causas
de prolapsos son:
- Parto vaginal: principal factor de riesgo de aparición de prolapsos.
- Obesidad e incremento excesivo de peso.
- Realización de deportes de alto impacto como atletismo, tenis, baloncesto, ejercicios abdominales clásicos, aeróbic, etc.
- Actividad laboral: constituyen profesiones de riesgo aquellas que implican pasar mucho tiempo de pie o realizar grandes esfuerzos como cargar pesos. Por ejemplo: dependientas, auxiliares de clínica, celadoras, cuidadoras, profesoras de aeróbic, cantantes, bailarinas, etc.
- Menopausia: los cambios hormonales favorecen la pérdida de tensión de los tejidos.
- Estreñimiento.
- Tos crónica.
- Factores genéticos y hereditarios.
Un
estudio reciente, mostró que el entrenamiento de los músculos del suelo pélvico
bajo la supervisión de un fisioterapeuta mejora la musculatura del suelo
pélvico y favorece la correcta posición de la vejiga y el recto. Por tanto, la
fisioterapia de suelo pélvico juega un papel fundamental en la prevención y
tratamiento de esta patología.
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